La segunda mejor de la trilogía, simplemente porque superar la primera no era tarea fácil.
Vuelven Butler y un Freeman en plena forma para la tercera ( y definitiva ?) película de la saga que comenzó en 2013 con Objetivo: La casa blanca. En aquella época fuimos pocos los que nos imaginamos que aquel film, idéntico à Asalto al poder del mismo año, iba a dar para una trilogía y más de 420 millones en box office.
En esta tercera entrega el objetivo ya no es no Londres ni la casa blanca ( bueno un poco también ) si no que es él: Mike Banning, interpretado por un siempre en forma Gerard Butler. Durante todo el filme deberá demostrar su inocencia al gobierno de los Estados-Unidos y al FBI. Esto sí, después de haber salvado la vida al presidente en dos ocasiones que le acusen directamente de intento de asesinato de todo su equipo y al presidente nos cuesta un poco de creerlo.
El film pese a ser parecido a los dos anteriores ( Banning solo ante el mundo ) consigue que las dos horas que dura no se nos hagan largas y estemos en todo momento metidos dentro del universo de la película. Es más después de dos películas conseguimos cogerle cariño a Mike que consigue sacarnos uns sonrisa con cada nueva víctima. Hablando de Banning en esta película se conocerá su lado más personal con el encuentro de su padre desaparecido desde su niñez y con la presencia de hija.